No es saludable tener pedos con cualquier persona y mucho menos si la razón es la intolerancia.
Así que está bien; no todos me caen bien. No le caigo bien a todos.
Me ha pasado 2 veces en mi vida. Me ha pasado que veo a esa persona y siento toda su negatividad hacia mí. Me ha pasado que escucho su voz y me parece más chirriante de lo normal. Y, ¿Por qué? No lo sé. Hay odios que no se pueden comprender, más sin embargo, siguen prevaleciendo.
Si el amor a primera vista existe, si alguien te cae bien desde la primera vez que hablas con él, no se puede negar la posibilidad a la existencia del odio a golpe de vista.
Pienso que es natural y saludable poder odiar a alguien. El odio no nos hace malas personas, el descontrol de éste sí.
Es saludable tener a quien mentársela, tener de quien quejarse nomas porque sí.
Tener a quien chingar nomas porque si.
Y ahora, como dijo Román en uno de sus post en el Plan de San Luis: Mi némesis soy yo mismo.
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