Bola de comilones.

Ah, la comida, uno de mis más grandes amores de la vida.

Imagínate tú, querido lector, despertar en la mañana de un lunes más, con tu cara de conformismo absoluto -porque seguramente también los detestas- y prepararte para un día retador con tu delicioso desayuno gourmet, el cual consiste en un par de huevos estrellados (con pimienta), frijoles refritos de lata y un vaso de leche LaLa...porque puedo decir la marca, ¿verdad?...¿..Producción...? Ya entiendo, de nuevo entonces:


....con tu desayuno gourmet que consiste en un par de huevos estrellados (con pimienta), frijoles refritos de lata y un vaso de leche LaLa ... y al momento de introducir ese tenedor previamente cargado de alimento en tu boca... descubres que te es imposible saborearlo, no percibes ni un ligerito sabor ¿Y a quién culpas? Pues claro, a Mahne, el gato negro de Mali.

Lo que quiero decir, es que ninguno de nosotros puede ir por ahí sin la comida, igual y eres de esos pequeñines que tiran el jitomate de sus sanduitcheseses a la basura por pinche mamoncillo, o eres de esos a los que les da miedito comerse los gusanos de maguey, o de esos que no tienen ni puta idea de lo que es un pambazo, pero aún con eso, tienes una comida favorita, algo que prefieres por sobre todas las otras comidas del mundo..Sí, a huevo que tienes una...incluso si eres anoréxica, yo sé que tienes una, y si no, pues de todos modos te vas a morir, así que ni siquiera tenemos que contarte....y eso.

Y la comida no solo sirve para nutrir a tu cuerpo, si es lo suficientemente rica, puedes incluso enamorar a alguien, y cuando digo "alguien" de inmediato descarto a los gatos... Sí.

Pero no soy la persona correcta para hablar de comida, todos sabemos que tengo serios problemas con el tiempo de cocción de las cosas, en especial con las pastas....instantáneas... Este...sí, las pastas, y la sal, y básicamente todo; a mí solo aliméntenme, ¡Que me alimenten les digo!