Los secretos. Muchos podrán decir que siempre terminamos contando secretos. Que los secretos están hechos para ser sacados a la luz y que en realidad solo es cuestión de tiempo. Yo no creo eso.
Hay diferentes tipos de secretos... Tenemos los secretos de otros, que dependerán del nivel de confianza y el lazo de amistad que se tenga el tiempo que permanezcan ocultos. Luego están los secretos propios, pero que un cierto grupo de personas conoce. Ese es el típico "Oye, ¡que a Rosita le gusta Mario!" y que se corren a voces muy rápido. ¡O peor aún! "Lo que se diga en la piyamada se queda en la piyamada" BULLSHIT, I tell you.
Y luego están los secretos de verdad... Los que llevas por dentro y que nunca te atreverías a revelar. Esos que cargas como si fueran una piedra... O quizás un ladrillo en el bolsillo. Te acostumbras a llevarlos contigo todo el tiempo, y luego recuerdas que están allí. Y te gustaría dejarlos. Te gustaría decirle a alguien... pero sabes que no puedes, porque sería peor.
En ocasiones te imaginas cómo sería si le contaras a alguien ese secreto que guardas, que atesoras. Pero lo que imaginas no es bueno. Sientes como te dirán que es una tontería y que no es la gran cosa. Pero tú hiciste una promesa. Prometiste llevar ese secreto hasta tu tumba y así será. Porque luego el secreto se hizo parte de ti, y no le dirías a cualquiera, porque no fue cualquiera el que de lo dejó.
Los secretos siempre se escuchan a voces. Por eso hay que evitar hablar de ellos.
LorettaRm y el post más corto que ha escrito hasta la fecha.
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