Si de algo estoy feliz en esta vida es de mi profesión: Soy estilista. Normalmente cuando me preguntan acerca de mi lugar de trabajo digo las cosas a medias, por los muy obvios comentarios que hacen al respecto.
Justo ahora estoy desempleado, pero la última vez que trabajé lo hice de noche, en un bar situado en la Zona Rosa, sí, de estilista, sí, de noche, sí, peinaba a puras chicas. Y bueno, no vengo aquí a mentirles, definitivamente es el mejor trabajo que pude haber tenido, por muchas razones:
Es lo que me gusta hacer, peinar y cortar cabello definitivamente me gusta mucho y dedicarme a eso me agrada bastante.
Antes de entrar a esos lugares yo era muy tímido con las chicas, aprendí que lo que más les agrada a las mujeres es que las traten bien, sin importar el físico o lo guapo que estés.
Nunca fui de esas personas que les grita a las mujeres en la calle cual albañil en construcción, pero definitivamente aprendí a respetarlas.
Aprendí a poner atención a las conversaciones a tal grado que podría repetir las primeras pláticas que tuvimos.
Logré deshacerme de muchos prejuicios.
Aprendí a controlarme, en todos los aspectos posibles.
Me enseñaron a no confiar en la primera impresión que me den las personas.
Aprendí, a la mala, a buscar frases entre líneas.
Me enseñaron a hablar libremente de mi sexualidad, sin remordimientos.
En conclusión: Awesome job is awesome, ha cambiado para bien muchos aspectos de mi vida, he aprendido demasiado y maduré en varios aspectos.
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